domingo, 14 de noviembre de 2010

SE VAN, SE VAN… Y NUNCA VOLVERÁN..

La primavera Camporista: los militares a los cuarteles y los presos políticos a la calle. La juventud, expectante y esperanzada. La reacción, agazapada para cooptar el gobierno popular.


Compilación y textos: Marcos Salomón y Gonzalo Torres. Dibujo: Juan Britos.


Con la asunción de Cámpora como presidente de la Argentina el 25 de mayo de 1973 culmina una etapa de la historia política en nuestro país y comienza otra; “la primavera camporista”: “un período de mucha agitación social por el regreso de Perón después de 18 años de exilio y por la recuperación del gobierno, pero fundamentalmente por la posibilidad de vivir en un país con mayores libertades” define Ponti.


EL SOL DEL 25


En Resistencia se hizo un acto en la plaza 25 de Mayo y la toma virtual de la casa de gobierno, pacífica, los militantes la recorrieron de arriba abajo, para muchos era su primera visita al lugar sin militares a la vista. De todas maneras, el epicentro de la jornada fue Buenos Aires: se calcula que más de un millón de personas festejaron el triunfo del Frejuli en Plaza de Mayo. “El discurso de Cámpora fue durísimo” recuerda Ponti.
“Era una situación donde Lanusse no gobernaba, pero el nuevo gobierno no había asumido”. Los manifestantes les hicieron un “piquete” al Secretario de Estado yanqui, William Rogers y al presidente del Uruguay Juan María Bordaberry (prácticamente un títere de las Fuerzas Armadas que había disuelto el parlamento) y no los dejaron participar de la asunción del nuevo gobierno popular. Por otro lado, había presidentes amigos: “Para nosotros la presencia de presidentes de gobiernos latinoamericanos como Salvador Allende, de Chile, y Omar Torrijos , de Panamá, o el presidente de la Cuba de Fidel, Osvaldo Dorticós, resaltaba ese escenario de patria grande con el que habíamos soñado”.
Como parte del programa de actividades estaba previsto un desfile militar con toda la pompa castrense, pero la muchachada se divirtió pintando con aerosol consignas como “Viva Perón y la patria socialista”, “vengaremos a los héroes de Trelew”, o simplemente “MONTONEROS” sobre los tanques de guerra y algún que otro uniforme.
Ponti recuerda que la situación suscitó la queja del dictador saliente: “El General Lanusse le pidió a Esteban Righi (futuro ministro de Interior) que reprima. Él le contestó que no podía hacer nada, porque no era ministro en funciones todavía, y que era él que se tenía que ocupar de la situación”. La cuestión se saldó cuando la juventud se hizo cargo de la seguridad: “Asumió un rol importantísimo en contener que la situación no pase a mayores”. Por los parlantes callejeros, con todo el consejo de la Juventud Peronista presente en el balcón, de la Casa Rosada, Dante Gullo le pidió al Ejército que retire las armas, y después se dirigió a la multitud: para tranquilizar los ánimos y pedirle que acordone la Casa Rosada. “Uno de los integrantes del consejo en ese balcón del 25 era Guillermo Amarilla”.

REVOLUCIÓN CULTURAL

“La primavera Camporista fue una etapa de apertura cultural”. Quedaban atrás siete años de una dictadura que había censurado el voto, pero no sólo eso, también los libros, el cine y la música. Un conocido intelectual como Rodolfo Puigróss fue nombrado interventor de la Universidad de Buenos Aires. Muchos intelectuales y escritores, actores y artistas asumieron como identidad política la tendencia revolucionaria. “La dictadura había cercenado la posibilidad de expresión de una manera muy violenta. Lo que había era una cultura totalitaria: la censura y el autoritarismo eran la norma”.
Ponti recuerda el caso del comisario Luis Margaride, nombrado por la dictadura de Onganía jefe de la División de Seguridad Personal de la Policía Federal, organizaba razzias en albergues transitorios de Buenos Aires a la caza de “adúltero”s en el marco de una santurrona “campaña de moralidad” en la que gran cantidad de parejas fueron detenidas por no estar casadas o ser sorprendido algún conyuge in fraganti. “Cuenta la leyenda que en uno de esos “operativos” Margaride encontró a su señora con otro” recuerda Ponti, sin poder evitar una sonrisa. Lo cierto es que años después, Margaride sería reciclado por Perón como Superintendente de Seguridad de la Policía Federal, la policía política… ( pero eso es materia de próximas entregas de la serie).
“Si uno tenía el pelo largo la federal te rapaba. Eran unos fachos totales. Todo eso se resquebraja con la primavera camporista”.

GOBIERNO Y PODER

Aquellos años fueron muy importantes para la juventud –enrolada en Montoneros, que para esa fecha se había transformado en una verdadera organización de masas.
“Teóricamente el 25 % de los cargos debía ser para la juventud, pero no se peleó por ese porcentaje. Fueron pocos los hombres de la tendencia que ocuparon cargos nacionales. Con esto quiero desmitificar un poco ese concepto que dice que el gabinete de Cámpora fue un gabinete montonero. En realidad el gabinete de Cámpora fue en parte armado por Perón y en parte armado por Cámpora. La juventud quedó excluida del gobierno a excepción de Dante Gullo que ocupó la secretaría de la Juventud”.
“Es cierto que ese proceso histórico hizo que 5 gobernaciones quedaran en manos de hombres cercanos como Oscar Bidegain en Buenos Aires, Ricardo Obregón Cano en Córdoba, Martínez Baca en Mendoza, Jorge Cepernic en Santa Cruz y Elías Adre en San Luis, pero por un lado esa situación se nivelaba con la mayoría de las vicegobernaciones en manos de hombres del sindicalismo. Posteriormente varios de esos gobernadores pasarían al consejo superior de la “orga”.
“En la Cámara de Diputados de la Nación, donde la juventud accedió a diez bancas; una de ellos fue del chaqueño Juan Manuel “Carancho” Ramírez, en tanto que en la legislatura de la provincia fueron elegidos Jaime Dri y Héctor Bashman, ambos de la juventud peronista”.
Ocurre que teníamos claro que con la victoria electoral no alcanzaba para tomar el poder real. No confundíamos el poder institucional con el poder real. Quizás eso fue lo que nos llevó a no pelear ese 25%, no entender que en una democracia el poder institucional en una democracia sirve. Precisamente por eso tanto Montoneros como Far anuncian que no abandonan las armas, pero a diferencia del ERP desde la Tendencia no se operó militarmente. Sigue Ponti: “sí teníamos claro que había que defender totalmente el gobierno popular, porque en nuestra cabeza estaba presente el ciclo histórico de triunfos democráticos y golpes de Estado, y más aún la forma en la que cayó el peronismo en 1955”.
En sintonía con muchos medios de comunicación pasaron a ser manejados por la Tendencia, en principio en forma legítima. Sucedió que como reacción desde la derecha sindical se hicieron también tomas preventivas, “antes de que vengan los trotskistas” como le decían a los militantes de la juventud peronista. Esto generó muchos problemas para Cámpora, fue el germen de las corrientes en pugna dentro del movimiento.

EL DEVOTAZO

Terminada la asunción, la gente marchó a Villa Devoto. Una marea humana recorrió la distancia entre la Plaza de Mayo y el penal de Villa Devoto (la U-2) con una exigencia perentoria: “Primera ley vigente: libertad a los combatientes”, en referencia a los presos políticos de la dictadura depuesta por la fuerza de las urnas. “Se calcula que hubo 50 mil compañeros” recuerda Ponti. Este “Devotazo” de la tarde noche del 25 le trajo un problema político a Cámpora: una ley de amnistía como estaba previsto demoraría un tiempo considerable, mientras que las masas exigían la liberación inmediata para cumplir al pie de la letra aquella máxima que decía “ni un solo día de gobierno popular con presos políticos”. “Fue una situación tensa, en un momento hubo represión, un par de muertos y heridos”, cuenta Ponti. Finalmente cerca de la medianoche el secretario general del justicialismo Juan Manuel Abal Medina, acompañado de un grupo de diputados de la juventud peronista ordenó al jefe de la U2 que liberara a un primer grupo de presos políticos. La liberación continuó el 26 en diferentes cárceles del país. De la U7 de Resistencia salieron 7. El total de “combatientes” indultados fue de 371 detenidos. “En el tumulto, se colaron detenidos que nada tenían que ver con la Tendencia- comenta Ponti- uno de ellos fue el mercenario François Chiappe, de la “OAS” (Organisation de L’armee secréte, integrada por militares del Ejército Francés que se rebelaron a la retirada de Argelia, donde se dedicaron a desaparecer y torturar militantes del Frente Argelino de Liberación y planearon desde la clandestinidad el asesinato de Charles De Gaulle). También hubo un par de presos comunes que aprovecharon la oportunidad. Sobre estos últimos Ponti reflexiona que “No habrán sido combatientes, pero seguro eran peronistas”.

LA REACCIÓN

A Cámpora el acercamiento con la juventud le costó caro, y desde el primer minuto las fuerzas de la derecha peronista comenzaron a complotar en su contra. “Sabíamos que iba a ser un gobierno transitorio, y que Perón inevitablemente iba a ser el presidente, pero no de manera tan abrupta. En toda la presidencia de Cámpora Perón no fue nunca a la Casa Rosada, y lo recibe en contadas ocasiones, incluso organizó reuniones de gabinete en Gaspar Campos, sin invitarlo”.
Fue una primavera: una época intensa y breve. Duró exactamente 49 días, desde el 25 de mayo hasta el 13 de julio, cuando un Cámpora acorralado por el ala reaccionaria del movimiento y abandonado por Perón presentó su renuncia.
“En ese 25 de mayo del 73 aquella consigna de “se van se van y nunca volverán” destinada a los militares que la juventud pintó en los muros y sobre los tanques de guerra del Ejército no contemplaba que ese proceso iniciado el 11 de marzo de 1973 se iba a frustrar, y que en 1976 los militares volverían por todo, no sólo por nuestros recursos económicos y naturales sino también por nuestra vida” afirmó Ponti.







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