martes, 21 de septiembre de 2010

LOS PROTOMONTOS 2ª Parte

De la militancia universitaria a enrolarse en la organización

Compilación y textos: Marcos Salomón y Gonzalo Torres



LA JUVENTUD PERONISTA EN 1971

En el año 1971 se sacó a todos los cuadros del Integralismo para reconstruir la JP tras la fractura en el acto de la Unión Obrera Metalúrgica del 17 de octubre de 1970, cuando Dri, Navarro, Estibarribia, Amarilla, Ponti y compañía silbaron a Bittel y se retiran.
Pero, acatando la orden de Perón de organizar la 4ta Rama, Ponti se fue a trabajar a la zona sur de Resistencia, instalándose en Villa Itatí. “La organización de la JP fue muy fácil porque no había que inventar nada: la síntesis política era el regreso de Perón, la vuelta al Estado de Bienestar. La respuesta era masiva. En cada barrio se hacía una reunión semanal y te caían 100 personas”, afirmó.
Por un lado se realizaba la tarea política a través de la JP y por otro lado la lucha reivindicativa: los loteos para la adjudicación de los títulos de propiedad de las viviendas y la tierra.
“En ese momento el problema no era la falta de trabajo sino el acceso a la vivienda, porque empezaban a surgir las villas de emergencia, no en las condiciones de lo que hoy son los asentamientos, pero la gente no era propietaria ni podía construir su casa, por eso el eje prioritario era la urbanización”.
Se trabajó en los loteos de Villa Itatí, Villa San Juan, Mariano Moreno, Villa Don Enrique, etc. “En su mayoría éramos del Integralismo. En villa Centenario estaba Hugo Barúa, Tito Rosso, Negro Luque. En Villa Libertad estaba la más fuerte, estaba Raúl Pujol” (después sería miembro del sindicato judicial).
De esta manera, la Juventud Peronista se fue construyendo con una organización muy sólida, tenía su delegado barrial, su delegado de zona, y su consejo local, en este caso el departamento de San Fernando. “La base de ese agrupamiento fue el Integralismo, en esa camada de gente nos fuimos Marita Figueredo, Lito Aragón, Dani Kaenel, Ortiz, Cracogna, Kowalesky, Ducci, Capra, Hugo Dedieu , Roberto Aquino, un compañero que se fue a zona norte, y unos 40 militantes del Integralismo del año 71”.
Este movimiento, confluye con otros sectores juveniles que no se suman al bittelismo como Jorge “Pata” Pared, Gordo Goya, Raúl Pujol, Olga Pinatti, Eduardo Saliva, Lucho Lezcano, entre otros. Los unía, además, la reivindicación por Felipe Gallardo, el gobernador obrero, que había propuesto por Evita para el cargo y quién acompañó toda la historia política de Montoneros en el Chaco.

MONTONEROS EN EL CHACO, EL ORIGEN : LOS PROTOMONTOS

La génesis de Montoneros en el Chaco no fue un proceso lineal, sino al contrario, se dio de manera compleja y muy dinámica. Puede fijarse en 1971 el comienzo de la organización, si bien fue precedida por un grupo incipiente que operó militarmente desde un año antes.
Estos precursores, entre quienes se encontraban Jaime Dri (exiliado en Panamá), el Negro Tapia (desparecido), el Negro Navarro (desaparecido) sostenían que el Chaco, al carecer de grandes concentraciones urbanas, debía ser una zona de apoyo logístico a las organizaciones armadas.
Esta teoría tuvo oportunidad de ser llevada a la práctica después del malogrado intento de copamiento de La Calera; cuando varios de los militantes que participaron en el hecho recibieron refugio en el Chaco, uno de ellos fue Mariano Pujadas, histórico de Montoneros que sería fusilado en la Masacre de Trelew, en la Base Almirante Zar por fuerzas de la Armada el 22 de agosto de 1972.
“Antes de 1971 lo que había eran grupos dispersos pre Montos… Este grupo primigenio fue un trío: Jaime Dri, Negro Tapia y Héctor “Negro” Navarro. En la estructura ellos se incorporan como jefes. Esos tres –y algunos más- son la base de Montoneros en el Chaco”, rememoró Ponti.
Dri fue diputado y estuvo secuestrado en la ESMA, logró escapar y se exilió en Panamá, donde vive actualmente. Los Tapia y Navarro están desaparecidos. Héctor “Negro” Navarro es el primero que se incorpora a Montoneros.
“Después se incorporó el Negro Tapia, Dri fue el último, porque una cosa era la política y otra la estructura… Normalmente el dirigente era el de mayor compromiso y el más capaz. Ellos eran los únicos que conocían a todos”, indicó.

1971: LOS MONTOS CHAQUEÑOS

En la óptica de los jóvenes militantes la estrategia a seguir conjugaba por un lado la movilización del pueblo y la juventud y por el otro el accionar militar de Montoneros. “Para nosotros el movimiento guerrillero y la forma de los procesos revolucionarios en el mundo eran movimientos simpáticos una cosa a la cual adheríamos. Apoyábamos, pero no estábamos”, dijo.
El debate para sumarse a Montoneros comenzó cuando Ponti estaba en el Integralismo y Guillermo en la Juventud Peronista. El “Negro” Navarro era en ese tiempo un referente del grupo.
“El Negro juntó a toda la conducción del Integralismo y nos llevó a su casa de la calle Colón 1900 y pico. En esa casa se hacían las reuniones de la conducción del Integralismo, de las agrupaciones gremiales peronistas, con muchas influencias en la UPCP, de docentes, de trabajadores rurales, en el sindicato de Vialidad (cabe destacar a Beto Miño y Negro Torres). Viviendo con el Negro uno iba entendiendo qué había arriba nuestro: el grupo anteriormente mencionado, Tapia, Dri, etc”, precisó.
Ahí comienza un proceso de discusión con Navarro. Ponti, Cracogna y Roque Ghiglio y compañía desconocían qué había por encima de su jerarquía. Planteaban que querían incorporarse orgánicamente a Montoneros. “Mirá Negro o abrís la jugada vos o nosotros salimos a operar solos…”, le advirtieron.
Finalmente, Navarro les da el enganche: una cita con un desconocido en la esquina del supermercado Iñiguez funcional: Antártida Argentina y Alberdi y Tucumán. “Por nosotros fue un compañero de Arquitectura. De Montoneros, mandaron al “Gordo Ángel” (de Santa Fé) hoy desaparecido. Ninguno sabe el nombre del Gordo”.
“El Negro nos dijo que tenía que ir uno solo de nosotros, que debía llevar una revista Panorama en la mano izquierda y esperar que se le acerque alguien, también con una Panorama. Esta persona iba a preguntar la hora. El santo y seña era responderle una hora más tarde”.
Ponti ubica el nacimiento de Montoneros formal a partir de la reunión en la esquina de Iñiguez: “Por lo que yo sé y por lo que vi, varios grupos nos incorporamos simultáneamente… las conduccione de Integralismo, de JP, de los gremios...”, manifestó.
Después del encuentro, la incorporación, y con esta, la discusión política de una serie de documentos reservados de la organización donde se plasmaba el pensamiento de Montoneros. “En primer lugar discutimos la caracterización de Perón: tomarlo como conductor estratégico y líder del proceso. El segundo tema era la estrategia de lucha; la revolucionaria integral, el principal método era la lucha armada, y en tercer lugar el socialismo como objetivo estratégico. En ese marco, hablamos sobre cuál era el rol de la unidad básica revolucionaria: se definía en tres palabras; nosotros éramos la voz y el oído de la organización, porque teníamos contacto con la masa”.
La pertenencia a Montoneros era clandestina, incluso lo desconocían los miembros de las agrupaciones que conducíamos. Era una doble pirámide: por un lado la Organización Político-Militar (OPM) y por el otro la agrupación de masas, en ese momento histórico, el Integralismo. El tema es que no se conocían entre ellos, porque en Montoneros regía la máxima: “No preguntes, no cuentes y no dejes que te cuenten”.

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