domingo, 24 de octubre de 2010

El Comedor, un lugar clave para la política universitaria

Si la Universidad era el catalizador perfecto para el accionar de las juventudes políticas, el comedor universitario era el escenario perfecto para la interacción. Su historia, dividida en dos: la primera, en la sede de avenida Sarmiento; la segunda: por la ex Antártida Argentina.(Séptima entrega de la serie)

Compilación y textos: Marcos Salomón y Gonzalo Torres

El comedor universitario fue un enclave fundamental de la militancia política de la juventud que irrumpía en Resistencia, allá a finales de los años 60 y principios de la década del 70.
“El comedor universitario es algo que queda de lo que fue la política universitaria peronista. Era el lugar donde todos los estudiantes del interior comían a un precio simbólico. El Estado subsidiaba la comida, conjuntamente con las residencias y becas estudiantiles”, recordó Aníbal Ponti.
Ponti ingresó por primera vez al comedor, un caliente mediodía de enero de 1969, cuando funcionaba por avenida Sarmiento 362. “Era una vieja casona, que albergaba en aproximadamente 800, casi mil estudiantes, en su mayoría del interior y de otras provincias: Corrientes, Misiones, Formosa, Santiago del Estero, y Entre Ríos. Salvo condiciones excepcionales, no iban compañeros que residían en Resistencia”, precisó.
En la memoria gustativa de Ponti, “la comida era muy buena” y en su memoria visual, conserva la imagen de mesas para 6 u 8 personas y otras para entre 20 y 30 estudiantes: “Jugó un rol importante en toda la historia política del movimiento estudiantil: era el centro neurálgico de la política universitaria”.
Tanto es así que fue el detonante de los grandes sucesos de mayo del ’69, que evolucionaron al Correntinazo con la muerte de Cabral, continuaron en el Rosariazo y terminaron decantando en el Cordobazo. “Y nuestro comedor tiene dos etapas, antes y después del 69”, precisa (para 1972, y tras una toma estudiantil, se muda a la sede de Antártida Argentina 355 –hoy Centro Cultural Nordeste por Arturo Illia).

MIRADA INTERIOR

Ponti piensa que las movilizaciones en contra del aumento del precio del ticket del comedor, fueron una suerte de “excusa para expresar la disconformidad de la juventud con el gobierno de Onganía. El precio era bajísimo, era simbólico: el ticket de todo el mes valía lo mismo que un paquete Particulares 30”.
“Para las 11.30 llegabas (y terminabas para las 2). El comedor era un lugar de encuentro, donde uno construía amistades y desarrollaba la vida social y era un centro político. Un lugar donde las agrupaciones repartían sus volantes y tenían su cartelera, y en cualquier momento había un orador; se expresaba desde el más tarado al que se le ocurría un aplauso de solidaridad con Biafra hasta alguien con un problema concreto por un examen”, añadió.
Así como cualquier estudiante se podía convertir en improvisado orador, también era reprendido para marcar el límite del hartazgo: “Desde las distintas mesas volaban los bollitos de pan y el orador se detenía. Era natural y no agresivo, una manera de decirle ‘para hermano, lo que decís no nos interesa’”.
“Es así que las visiones políticas que impregnaban a ese conjunto de estudiantes nucleados en el comedor universitario era de tal diversidad que inevitablemente tenía que politizarse. Era raro no opinar políticamente. Uno estaba escuchando todas las campanas, cada asamblea era un debate político, ideológico, de carácter nacional, internacional; cada uno vendía su formula, nosotros vendíamos el peronismo, otros vendían la revolución china, otros la rusa, otros la revolución albanesa, es decir que la política estaba presente de forma permanente y diaria, las sobremesas eran charlas políticas, y en el comedor repercutían los problemas del mundo”, describe Ponti.
Y en ese mundo del comedor universitario politizado, había un claro dominador: el Integralismo: “Metió todos los cocineros, los trabajadores no docentes eran todos de la JP en su gran mayoría”, indicó.
“Lucio Mansilla era uno de ellos, él era el delegado de Villa San Juan. Se fugó al interior de Formosa en el 76, murió de viejo hace unos años”, señaló.

LAS AGRUPACIONES

En tiempos en que la militancia era casi obligada, las asambleas estudiantiles eran masivas, aunque, claro, “había una minoría que se quedaba afuera: ‘vengo a estudiar, en política no me meto’, decían”, rememoró Ponti.
“Hoy camino la ciudad y me encuentro con compañeros de las diversas facultades que no fueron militantes pero que si tienen una nostalgia de su vida como estudiantes, de toda esa efervescencia”, añadió.
Las agrupaciones que se movían en el ‘69 eran el Integralismo: de orientación peronista. Estaban Héctor Vaschman, Jaime Dri, Atilio Velásquez, Héctor Navarro, el Conejo Maíz.
A los que se suman el Movimiento Martín Fierro, el AUN (Agrupación Universitaria Nacional, respondía al Partido Socialista de la Izquierda Nacional del colorado Jorge Abelardo Ramos) y el MOR (Movimiento de Orientación Reformista, brazo universitario del Partido Comunista).
En la Izquierda Nacional se movían los hermanos Pérez, la arquitecta Di Paoli, el ingeniero Pedrito Favarón, Alicia Pasmanter, José Valentín “Aba” Benítez.
Ese proceso de composición política se va transformando a medida que pasan los años. “Ya en el año 72 se incorpora una diversidad de agrupaciones como el TUPAC (Tendencia Universitaria Popular Antiimperialista Combatiente, pro-chinos) ahí estaba el Pulga Soriano, hoy es abogado, el TAR (Tendencia Antiimperialista Revolucionaria, seguían al PRT-ERP) donde militaba una pareja el Tano y Mónica, ahora están desaparecidos, después también el FAUDI ( Federación Argentina Universitaria de Izquierda Guevaritas - pro chinos) que tenía poco desarrollo, el PCR (Partido Comunista Revolucionario) y otros grupos menores, como el GEA (Grupo Estudiantil Antiimperialista) eran dos, por último la juventud radical, que no existía, Franja Morada tenía un solo militante: Mario Filkestein, pero ya en la última etapa. Igualmente, todos construyeron la historia”, dijo.
El Integralismo “era hegemónico en el comedor universitario, por esa razón tenía una incidencia que determinaba cómo era la relación política con Bienestar Estudiantil (el organismo del rectorado de la UNNE del que dependía el comedor)”, precisó.

LOS PRIMOS: MARTÍN FIERRO

Los del movimiento Martín Fierro “eran nuestros primos, porque eran peronistas”, manifestó Ponti. Tenían su epicentro en la Facultad de Arquitectura, posteriormente el surgimiento de la JUP en el 73 se construye sobre la base del Integralismo y la Martín Fierro, y muchos de sus miembros pasarían a Montoneros como es el caso de Mario Catena, actualmente desaparecido.
El Martín Fierro es posterior al Integralismo. “Yo creo que el MF forjó el espíritu de muchos compañeros, como el caso de los hermanos Catena, del gordo Lugo, de los arquitectos Zaffaroni, Vianucci, Foussal, de Amalia Cisneros, del Flaco Birilli, (ex director de Vivienda)”, aseveró.
La diferencia entre ambos grupos: “En el Intregralismo éramos máas plebeyos, hijos de pequeños comerciantes, campesinos, y obreros, y el Martín Fierro era agrupación más de la ciudad de Resistencia. También teníamos un perfil político distinto, ellos estaban más en la búsqueda intelectual, y nosotros éramos más ligados a la idiosincrasia peronista, y fundamentalmente a la acción del peronismo”.



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