domingo, 31 de octubre de 2010

El comedor universitario: un arsenal de ideas II

Tal vez una de las tomas de propiedad privada más famosas y efectivas de la historia chaqueña. Corría el año 1972. Los estudiantes decidieron tomar el galpón donde almacenaba mercaderías la empresa Terrabusi. Allí quedó asentado el nuevo comedor. Actualmente, funciona el Centro Cultural Nordeste.






Compilación y textos: Marcos Salomón y Gonzalo Torres
/ Dibujo: Alejandro Gallardo

La casona de la avenida Sarmiento 362, donde funcionaba el comedor universitario, ese lugar clave para la discusión política, comenzó a quedar chico para 1971: “Crece la población estudiantil, que pasa a ser de 1.200 ó 1.500 comensales, aproximadamente”, explica Aníbal Ponti.
“Se hacían colas extensas, que llegaban hasta la esquina con calle Güemes, estabas una hora esperando. No había forma de hacerle entender al Rectorado que había que cambiar por un lugar más grande”, recuerda Ponti esos infernales mediodías de verano de la década del 70.
Entonces, casi por casualidad, “una noche íbamos caminando por la calle Antártida Argentina (hoy Arturo Illia), cuando vemos que se había traslado Terrabusi” (que tenía un galpón de mercadería que quedaba en la principal calle céntrica de Resistencia, con todo lo que ello implicaba para el tránsito, ya hace casi 40 años el mismo problema).
“No recuerdo si el cartel decía se vende o se alquila, pero nos interesaba el lugar por el espacio (era un galpón que llegaba hasta la calle Juan B. Justo) y por la ubicación
(Antártida Argentina 355) porque pensábamos políticamente: la Antártida Argentina era el epicentro de la actividad política”, simple y sencillo.
Así, en una caminata nocturna, nació la idea de realizar una de las tomas más fructíferas de la historia. Convertir el viejo galpón en comedor universitario –y con el devenir de los años el Centro Cultural Nordeste de la UNNE-.

EXPEDITIVO

Entonces, sin más dilaciones ni dudas, se reunió la cúpula del Integralismo (movimiento estudiantil identificado con el peronismo, que comandó la vida política universitaria a principios de la década del 70), y “se tomó la decisión de tomar el edificio y trasladar el comedor”.
Durante la asamblea en la que se tomó la decisión estuvieron: Marita Figueredo y Dani Kaenel, por Humanidades; Esteban Cracogna y Ducci Kowalesky, por Ingeniería; Roque Guillio y Juan Carlos Benítez, por Arquitectura; Martín Uberti y Luis Ángel Barco, por la UTN; y Aníbal Ponti y Carlos Alberto Duarte, por Ciencias Económicas.
Con el acuerdo estudiantil sellado, los jóvenes fueron a buscar respaldo entre los cocineros. “Nos reunimos con los muchachos de la cocina y me acuerdo que decidimos realizar el traslado de la avenida Sarmiento a la calle Antártida Argentina un día domingo”.
Durante las asambleas estudiantiles en las que se acordó el traslado, se distribuyeron tareas para la mudanza, ya que buena parte de ella se hizo en forma manual. “La población estudiantil sabía del traslado pero no hacía dónde nos mudábamos”.

LLAVE EN MANO

Para 1972, “nosotros teníamos la llave del comedor, lo abrimos y sacamos las cosas. Al hombro se cargó las meas y sillas; en un camión, mercaderías, ollas y cocinas”, rememoró Ponti.
Como era común ver marchas estudiantiles, “era casi simpáticos vernos desfilar por el centro con las sillas, las mesas, que estábamos mudando de lugar”, acotó.
Sin vigilancia de ni un tipo y por toda protección alambre, alguna cadena y candados, ingresar en el nuevo edificio de Antártida Argentina fue un mero trámite: “Lo abrimos, así de fácil, y nos instalamos. De inmediato se comenzó a cocinar y comer en el nuevo comedor.
“Esa misma noche se hizo una asamblea y se comunicó el hecho. Lo primero que se hizo fue armar la logística, la cocina. El edificio era muy grande y atrás tenía un galpón inmenso y un patio que llegaba a Juan B. Justo; adelante: la administración en dos plantas”, acotó.
“Por supuesto –continuó-, el Rectorado ordenó cortar el suministro, por lo cual nosotros nos encargamos de la proveeduría. Dos meses duró ese conflicto. Comimos en forma precaria, dado que había una reticencia de las autoridades”.
Si bien Ponti señala que no hubo amenaza de desalojo, si recordó algún intento de represión que nunca se consumó.
No tuvieron amenaza de desalojo, hubo intento de represión pero no ingresaron al predio porque “la respuesta estudiantil fue masiva, 1.200 decían los medios en esa época, para nosotros éramos 1.500, resistiendo, en el nuevo comedor”.

EL ARSENAL DE IDEAS

“Ese proceso que sufrió el comedor tuvo correlato con la actividad política, con semejante local y en pleno centro, el comedor universitario se transformó en un centro cultural, que iniciamos durante la toma y duró, creo hasta 1974, que fue la peña de los viernes, en la que actuó, entre otros Lucho Díaz (víctima de la Masacre de Margarita Belén)”, contó Ponti.
Formado y fortalecido el comedor, había que darle forma y vida a un centro cultural para todos los estudiantes. De esa tarea “se encargó un formoseño: ‘Pescado’ Sandoval”.
“El comedor llegó a congregar a 2 mil personas por noche en su momento de mayor apogeo, terminando a las 5 ó 6 de la mañana. Además, las condiciones edilicias, permitían que en forma natural, no planificada, los distintos grupos puedan hacer sus actividades: el que quería hacer una reunión se iba a la mesa de los comensales, el que quería escuchar música tenía un espacio físico donde entraban 600 ó 700 compañeros. El comedor pasó a ser el centro de concentración de las marchas políticas”, destacó ponti.
En ese frenesí surgen conjuntos musicales como “Los Montaraces”, del recordado Lito Aragón (desaparecido): “Todo proceso revolucionario se va expresando en la cultura, en la literatura, en el arte, en la música, en la pintura. Creo que el comedor pasó a jugar ese rol. Ahí lo conocí a Poen Alarcón con su grupo de teatro y se pasaba cine como La Hora de la Hornos, La Batalla de Argelia, se dictaban conferencias…Lo importante es que trascendió la vida universitaria, para gravitar en la cultura y en los grupos de estudiantes secundarios”, precisó.

SOLIDARIDAD CON PRESOS POLÍTICOS

Mientras crecía el comedor universitario, “había una realidad política nueva: ya habían detenidos políticos en la U7, que venían de La Calera, de San Genaro Norte, de la FAP de Buenos Aires, había del ERP; ya había como 60 ó 70 presos políticos”.
Ante esa situación, se creo la Comisión Peronista de Solidaridad con los Presos Políticos (COPESOL), de la que participaban, entre otros, Rubén Esquivel, Chichito Guitar, Monin Martínez (“un bancario que no estuvo en Taco Ralo porque perdió el tren), también estaba el primo de Silvia Robles”, don Carlos Pared, Dorita Pagliaro, otra viaje peronista Irma Yapur, y “aparecían Ferdinando y Adam Pedrini” –el primero de ellos diputado nacional-.
Esta Comisión ayudaba a solventar los gastos de las familias de los presos políticos que estaban en la U7. Como el hotel –que aún hoy existe- El Vía –por San Lorenzo casi Rodríguez Peña-.
“Los familiares iban a las peñas, comían en el comedor. La juventud fue muy solidaria con los presos políticos, y los familiares de los presos pasaban siempre por la peña. Era excepcional que se haga política en la peña, se dio así y así lo organizó el ‘Pescado’ Sandoval, incluso se recaudaban muchos fondos para ayudar”, añadió.

CÓDIGO

Sobre cómo se manejaban las asambleas, Ponti retrata la situación a través de una anécdota: “Hugo Valdonerio, un gran amigo, que en ese entonces militaba en la TUPAC (de izquierda) y después se pasó a la JTP por Telefónicos. Huguito hablaba largo, porque ese era el problema con las asambleas, la longitud de los discursos. Entonces había dos formas de pararlo: o le tirabas miga de pan o pisabas los vasos de plástico”.
Cuando Hugo finalizó su discurso, a fuerza de bolas de miga de pan usadas de proyectil contra su humanidad, Ponti remató: “Bueno compañero, ya que terminó la transmisión de radio pavada, vamos a comenzar a hablar en serio. Todo el mundo se cagaba de risa y en dos o tres minutos resolvíamos lo que había que resolver. Imagínense 200, 300, 400 estudiantes todos juntos…”.
Y reflexiona: “Éramos unos prepotentes, soberbios… yo creo que algo de eso nos queda, y nos lleva a cometer grandes errores políticos, uno de viejo va entendiendo algunas cosas… por eso trato de controlarme y calmarme. Creo que tiene una explicación, es como Hebe (Bonafini, de Madres), vos te abriste el camino a patadas y crees que todo es a las patadas”.
“Era una sociedad que se movía por absolutos, era una sociedad dictatorial, con un entorno institucional de una hipocresía de la gran puta, el dictador era el señor presidente, y ante esa hipocresía vos decías, basta y pateabas la puerta y le decías terminaste papá, ahora mando yo, vos no sos el señor gobernador, vos no sos el señor rector, ¡Vos sos un impostor!”, finalizó la idea.

HOMANJE AL PESCADO SANDOVAL

“Los viernes pasaron a ser un lugar de cita obligada, no sólo para los universitarios sino para los secundarios y para los compañeros de la cultura y el teatro. En ese contexto emerge la figura de alguien al que quiero rendir un homenaje a un compañero que fue la expresión pública de ese hecho: Daniel “Pescado” Sandoval fue la expresión pública de ese hecho de masas que fueron las peñas. Era algo así como el anfitrión; era un tipo alegre y con una capacidad inmensa para sostener las relaciones humanas y políticas”.
señaló Aníbal Ponti, en relación al estudiante que mantuvo viva las peñas universitarias y le dio al comedor ese cariz tipo centro cultural.
El “Pescado” como lo conocía todo el mundo, llegó a Resistencia en 1970, proveniente de Formosa, para ingresar a la facultad de Ciencias Económicas. Su familia era humilde, su padre era un obrero de la construcción. Allí se involucró en el Integralismo. Ponti lo recuerda así: “Era cuentista y mujeriego, rompía las reglas, porque a él se le toleraba cosas que por ahí no se le toleraban a otro” lo caracterizó Ponti.
El Pescado Sandoval supo integrar la diversidad cultural y social del comedor congeniando el rock nacional – que ya era un emergente - con las chacareras, las chamarritas, el chamamé y la samba. Toda esa diversidad cultural era una expresión de la diversidad de los concurrentes: correntinos, formoseños, entrerrianos, misioneros, cada uno con su idiosincrasia.
En esa línea de fraternidad y compañerismo, Ponti resalta uno de los aspectos del comedor donde más se conjugaron la cultura y la política, el encuentro festivo y la solidaridad militante: la cantina de las peñas en el comedor. “El Pescado fue uno de los organizadores de la cantina con la idea de canalizar de ese modo la solidaridad económica de la juventud con los detenidos políticos que ya empezaban a poblar la U7 en 1972”. La cantina tenía un menú bien popular: vino, empanadas y sándwiches de mortadela y queso. La vajilla era por demás sencilla: latas de aceite YPF (cuando todavía era estatal) de un litro y vasos de plástico.
“El Pescado murió hace dos años, de muerte natural, en Formosa, como todo hombre del interior siempre analizó la postergación del norte argentino, esa asimetría entre Buenos Aires y el Norte. Yo viví en varias oportunidades con él”, recordó.
Según Ponti, Sandoval llegó a ser presidente del Banco de Formosa y ministro de Economía del gobierno del ex gobernador formoseño Vicente Joga. Y explica así la simbiosis entre un mandatario que fue Guardia de Hierro (la derecha peronista) y un Montonero (la izquierda peronista): “Jorge le abrió las puertas a todos los ex montos, porque no tenía cuadros políticos ni técnicos que lo acompañaran en su gestión cuando ganó la primera elección”.
Después, lo acompañó a Joga cuando trató de unir a legisladores del norte argentino tras un mismo voto: “(Carlos) Menem lo mató políticamente”, dijo.

domingo, 24 de octubre de 2010

El Comedor, un lugar clave para la política universitaria

Si la Universidad era el catalizador perfecto para el accionar de las juventudes políticas, el comedor universitario era el escenario perfecto para la interacción. Su historia, dividida en dos: la primera, en la sede de avenida Sarmiento; la segunda: por la ex Antártida Argentina.(Séptima entrega de la serie)

Compilación y textos: Marcos Salomón y Gonzalo Torres

El comedor universitario fue un enclave fundamental de la militancia política de la juventud que irrumpía en Resistencia, allá a finales de los años 60 y principios de la década del 70.
“El comedor universitario es algo que queda de lo que fue la política universitaria peronista. Era el lugar donde todos los estudiantes del interior comían a un precio simbólico. El Estado subsidiaba la comida, conjuntamente con las residencias y becas estudiantiles”, recordó Aníbal Ponti.
Ponti ingresó por primera vez al comedor, un caliente mediodía de enero de 1969, cuando funcionaba por avenida Sarmiento 362. “Era una vieja casona, que albergaba en aproximadamente 800, casi mil estudiantes, en su mayoría del interior y de otras provincias: Corrientes, Misiones, Formosa, Santiago del Estero, y Entre Ríos. Salvo condiciones excepcionales, no iban compañeros que residían en Resistencia”, precisó.
En la memoria gustativa de Ponti, “la comida era muy buena” y en su memoria visual, conserva la imagen de mesas para 6 u 8 personas y otras para entre 20 y 30 estudiantes: “Jugó un rol importante en toda la historia política del movimiento estudiantil: era el centro neurálgico de la política universitaria”.
Tanto es así que fue el detonante de los grandes sucesos de mayo del ’69, que evolucionaron al Correntinazo con la muerte de Cabral, continuaron en el Rosariazo y terminaron decantando en el Cordobazo. “Y nuestro comedor tiene dos etapas, antes y después del 69”, precisa (para 1972, y tras una toma estudiantil, se muda a la sede de Antártida Argentina 355 –hoy Centro Cultural Nordeste por Arturo Illia).

MIRADA INTERIOR

Ponti piensa que las movilizaciones en contra del aumento del precio del ticket del comedor, fueron una suerte de “excusa para expresar la disconformidad de la juventud con el gobierno de Onganía. El precio era bajísimo, era simbólico: el ticket de todo el mes valía lo mismo que un paquete Particulares 30”.
“Para las 11.30 llegabas (y terminabas para las 2). El comedor era un lugar de encuentro, donde uno construía amistades y desarrollaba la vida social y era un centro político. Un lugar donde las agrupaciones repartían sus volantes y tenían su cartelera, y en cualquier momento había un orador; se expresaba desde el más tarado al que se le ocurría un aplauso de solidaridad con Biafra hasta alguien con un problema concreto por un examen”, añadió.
Así como cualquier estudiante se podía convertir en improvisado orador, también era reprendido para marcar el límite del hartazgo: “Desde las distintas mesas volaban los bollitos de pan y el orador se detenía. Era natural y no agresivo, una manera de decirle ‘para hermano, lo que decís no nos interesa’”.
“Es así que las visiones políticas que impregnaban a ese conjunto de estudiantes nucleados en el comedor universitario era de tal diversidad que inevitablemente tenía que politizarse. Era raro no opinar políticamente. Uno estaba escuchando todas las campanas, cada asamblea era un debate político, ideológico, de carácter nacional, internacional; cada uno vendía su formula, nosotros vendíamos el peronismo, otros vendían la revolución china, otros la rusa, otros la revolución albanesa, es decir que la política estaba presente de forma permanente y diaria, las sobremesas eran charlas políticas, y en el comedor repercutían los problemas del mundo”, describe Ponti.
Y en ese mundo del comedor universitario politizado, había un claro dominador: el Integralismo: “Metió todos los cocineros, los trabajadores no docentes eran todos de la JP en su gran mayoría”, indicó.
“Lucio Mansilla era uno de ellos, él era el delegado de Villa San Juan. Se fugó al interior de Formosa en el 76, murió de viejo hace unos años”, señaló.

LAS AGRUPACIONES

En tiempos en que la militancia era casi obligada, las asambleas estudiantiles eran masivas, aunque, claro, “había una minoría que se quedaba afuera: ‘vengo a estudiar, en política no me meto’, decían”, rememoró Ponti.
“Hoy camino la ciudad y me encuentro con compañeros de las diversas facultades que no fueron militantes pero que si tienen una nostalgia de su vida como estudiantes, de toda esa efervescencia”, añadió.
Las agrupaciones que se movían en el ‘69 eran el Integralismo: de orientación peronista. Estaban Héctor Vaschman, Jaime Dri, Atilio Velásquez, Héctor Navarro, el Conejo Maíz.
A los que se suman el Movimiento Martín Fierro, el AUN (Agrupación Universitaria Nacional, respondía al Partido Socialista de la Izquierda Nacional del colorado Jorge Abelardo Ramos) y el MOR (Movimiento de Orientación Reformista, brazo universitario del Partido Comunista).
En la Izquierda Nacional se movían los hermanos Pérez, la arquitecta Di Paoli, el ingeniero Pedrito Favarón, Alicia Pasmanter, José Valentín “Aba” Benítez.
Ese proceso de composición política se va transformando a medida que pasan los años. “Ya en el año 72 se incorpora una diversidad de agrupaciones como el TUPAC (Tendencia Universitaria Popular Antiimperialista Combatiente, pro-chinos) ahí estaba el Pulga Soriano, hoy es abogado, el TAR (Tendencia Antiimperialista Revolucionaria, seguían al PRT-ERP) donde militaba una pareja el Tano y Mónica, ahora están desaparecidos, después también el FAUDI ( Federación Argentina Universitaria de Izquierda Guevaritas - pro chinos) que tenía poco desarrollo, el PCR (Partido Comunista Revolucionario) y otros grupos menores, como el GEA (Grupo Estudiantil Antiimperialista) eran dos, por último la juventud radical, que no existía, Franja Morada tenía un solo militante: Mario Filkestein, pero ya en la última etapa. Igualmente, todos construyeron la historia”, dijo.
El Integralismo “era hegemónico en el comedor universitario, por esa razón tenía una incidencia que determinaba cómo era la relación política con Bienestar Estudiantil (el organismo del rectorado de la UNNE del que dependía el comedor)”, precisó.

LOS PRIMOS: MARTÍN FIERRO

Los del movimiento Martín Fierro “eran nuestros primos, porque eran peronistas”, manifestó Ponti. Tenían su epicentro en la Facultad de Arquitectura, posteriormente el surgimiento de la JUP en el 73 se construye sobre la base del Integralismo y la Martín Fierro, y muchos de sus miembros pasarían a Montoneros como es el caso de Mario Catena, actualmente desaparecido.
El Martín Fierro es posterior al Integralismo. “Yo creo que el MF forjó el espíritu de muchos compañeros, como el caso de los hermanos Catena, del gordo Lugo, de los arquitectos Zaffaroni, Vianucci, Foussal, de Amalia Cisneros, del Flaco Birilli, (ex director de Vivienda)”, aseveró.
La diferencia entre ambos grupos: “En el Intregralismo éramos máas plebeyos, hijos de pequeños comerciantes, campesinos, y obreros, y el Martín Fierro era agrupación más de la ciudad de Resistencia. También teníamos un perfil político distinto, ellos estaban más en la búsqueda intelectual, y nosotros éramos más ligados a la idiosincrasia peronista, y fundamentalmente a la acción del peronismo”.



domingo, 17 de octubre de 2010

TU VIDA ERA LA MILITANCIA



Finales de los 60 y comienzos de los 70: la Hora de los Pueblos, la unidad estudiantil, las juventudes Políticas de Chaco, la unión obrero-estudiantil y los grupos revolucionarios.









Compilación y textos: Marcos Salomón y Gonzalo Torres
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Dibujos: Juan Britos y Alejandro Gallardo.


El contexto era el de la dictadura militar autodenominada Revolución Argentina, con el monigote del general Roberto Marcelo Levingston dejando su lugar al verdadero halcón detrás del poder: el general Alejandro Agustín Lanusse. Finalizaba la década del 60, con la experiencia del Cordobazo, e iniciaba la del ’70, cuando la prenda de unidad era reclamar la vuelta a la democracia, con elecciones libres y sin proscripciones.
Eran momentos en que la juventud lideraba la escena política (y armada), en que se hablaba de la unidad obrero-estudiantil y se abrazaba toda causa justa antiimperialista (léase contra EE.UU.).
“En qué coincidíamos, en desatar un proceso que termine con las dictaduras militares y en el regreso a la democracia sin proscripciones. Cuando hablo de uventud, me refiero a la Juventud Radical, a la Federación Juvenil Comunista, a la Juventud Demócrata Cristiana, y a la Juventud del Partido Conservador Popular”, recuerda Aníbal Ponti.
En ese abanico tan grande, “lógicamente había diferencias conceptuales y matices ideológicos, pero esa unidad se forjó en la lucha, en las coordinadoras estudiantiles. Nos uníamos para apoyar todos los procesos de movilización política y social de carácter antidictatorial y encontrábamos formas organizativas”.
En el caso de la Universidad “fue la Coordinadora Estudiantil la que condujo todo el proceso en cualquier universidad, en todo el país. Pero también había profundas diferencias. Había profundos debates, era lógico que la juventud radical, o la federación juvenil comunista no coincidieran con nuestros métodos de lucha, especialmente la lucha armada, pero también había debate sobre otros temas, como el socialismo, sobre su carácter, si debía ser nacional o científico”.

CONTEXTO NACIONAL

El gran movilizador de las masas fue la llamada “Hora del Pueblo”, agrupamiento multipartidario integrado por la Unión Cívica Radical del Pueblo (UCRP), el PJ, el Partido Socialista Argentino, el Partido Conservador Popular y el bloquismo sanjuanino.
“Es la respuesta de Perón a una dictadura que estaba acorralada por la movilización popular, el accionar de la guerrilla y las huelgas obreras”, señaló Ponti. “Se establecen dos coincidencias básicas: primero, el pedido de elecciones libres; segundo, sin proscripciones”, añadió.
Ricardo Balbín, por la UCRP, y Jorge Daniel Paladino, delegado personal de Perón, por el PJ, fueron los dirigentes más influyentes de la “Hora del Pueblo”.
“Este proceso de cambio de la política argentina se terminó de consolidar en el retorno definitivo de Perón, cuando se reúne con Balbín, en Gaspar Campos. La Argentina comenzó a discutir la posibilidad de una fórmula Perón Balbín, a la cual la JP y Montoneros no la vio con desagrado”, afirmó. El peronismo siempre fue un movimiento policlasista y siempre tuvo la idea de los frentes nacionales y siempre tuvo un reconocimiento al origen del radicalismo en Alem e Yrigoyen”, justificó.
“No es un hecho intrascendente –continuó- que el peronismo y el radicalismo firmen u documento juntos, eran dos fuerzas populares y nacionales que habían tenido 15 años de distanciamiento, fundamentalmente por el posicionamiento en 1955, que se conoció como Unión Democrática”.
Finalmente, Perón lanzaría el FREJULI y elegiría como compañero de fórmula a Solano Lima, quien venía del conservadurismo popular, pero, en rigor “no era un conservador”, consideró Ponti.
La “Hora del Pueblo” tuvo éxito y dejó de funcionar poco antes de las elecciones del 11 de marzo de 1973. En medio, Lanusse y Arturo Mor Roig, radical designado ministro del Interior, para asegurar elecciones medianamente libres lanzan el Gran Acuerdo Nacional, pero ya no quedaba lugar para la proscripción.

CONTEXTO PROVINCIAL

A la luz de los acontecimientos que se precipitan a partir de la “Hora del Pueblo” y del inminente regreso de Perón al país, en la provincia la militancia están en plena ebullición, con estudiantes y obreros movilizados.
Así, se conforma las Juventudes Políticas de Chaco integrada por la Federación Juvenil Comunista, que tenía como delegados a Juanito Moglia y Tito Tabares; la Democracia Cristiana, con Coqui Donaire; el Partido Socialista: Pocha Nadal y Saúl Acuña.
Sin olvidar a Encuentro Nacional de los Argentinos, con Jorge Gait como delegado, (el ENA también aglutina al Movimiento Renovación y Cambio, con Carlos Guido Leúnda –h- como referente); por la UCR estaba Geijo (de Corzuela) y por la Juventud Peronista Guillermo Amarilla y Aníbal Ponti.
“En el Chaco las juventudes políticas tenían un antecedente de unidad: la universidad, en su gran mayoría nos conocíamos todos de la militancia universitaria y también, de una experiencia de coordinación y de unidad en el proceso que vivió la UNNE entre 1969 1971”, precisó Ponti.
Esas banderas de retorno de la democracia, de elecciones sin proscripciones y de apoyo a las luchas de los trabajadores fue el eje que unió a las juventudes políticas provinciales: “Creo que se construyó en ese momento una unidad trascendente”, definió.
Es más, “muchos de esos compañeros terminan siendo abogados de presos políticos, como el caso de Saúl (Acuña), de Guido Leúnda y de Pocha Nadal; otros, como el caso de Geijo, fue solidario con nosotros en los peores momentos de la historia política de la Juventud Peronista y de Montoneros en el Chaco”, completó la idea.

UNIDAD Y FORMACIÓN

Las Juventudes Políticas de Chaco participaron activamente de la movilización que se daba en Chaco de principios de los años 70, proceso encabezado fundamentalmente por los docentes, la UPCP y Ligas Agrarias.
Justamente, para Ponti “Ligas Agrarias era el gran aglutinador”, de los diferentes grupos políticos juveniles”, desde la JP, pasando por la FEDE (Federación Juvenil Comunista).
A las influencias del contexto nacional, se debe sumar el contexto internacional. Y la formación llegaba de la mano de encuentros juveniles que “nos ayudaron a conocer el mundo; en nuestro caso particular siempre viajó Guillermo Amarilla a los congresos internacionales de las juventudes latinoamericanas o mundiales, algunas se desarrollaron en Chile, otras en la URRS, en Cuba o en Francia”, explicó Ponti.
“Yo ya estaba en Montoneros. El retorno de Perón fue en noviembre de 1972 y las elecciones son en mayo de 1973, en seis meses tenías que hacer una elección nacional, provincial y municpal. Vivías de la mañana a la noche para la política, tu vida era la militancia”.

OBREROS Y ESTUDIANTES

Otro componente ideológico de la lucha de los ‘60 y ‘70 era la unidad
obrero-estudiantil. “En el plano sindical se desató un fenómeno que fue la CGTA (CGT de los Argentinos), totalmente enfrentada al vandorismo, y un caso particular en Córdoba, con una CGT combativa. Y, normalmente, el movimiento estudiantil se organizaba en función de apoyo a las reivindicaciones obrera”.
Por otra parte, “había una gran influencia de lo que fue la revolución del 17 y todo el proceso de construcción del socialismo en Asia, era más de la mitad del mundo. Además, a diferencia de hoy, existía una clase obrera organizada, entonces existía un sujeto capaz de producir del cambio y todo ese concepto político ideológico fue reflejado en una consigna que está en todos los diarios de la época: ‘Obreros y estudiantes, unidos, adelante’”, agregó.
Es decir que “el movimiento tuvo una idea, la democracia y la liberación, y un reconocimiento: el sujeto social del cambio eran los trabajadores. Yo creo que en el Chaco, el principal nucleador de la juventud fue las Ligas Agrarias”.
un paradigma, en ese paradigma, con distintos matices, coincidíamos todos , se trataba de la liberación y la existencia del Imperialismo (EEUU). Entonces, ninguna lucha era aislada, por otro lado el movimiento estudiantil tenía una razón de ser, que era contribuir al proceso de liberación, por eso se hablaba de una universidad abierta al pueblo y de un movimiento estudiantil al servicio del pueblo. En el conjunto, incluidos los radicales, y la democracia cristiana.

“FAR, FAP y MONTONEROS, son nuestros compañeros”


En una coyuntura donde todo era posible, se produjo la unidad y fusión de distintos grupos de jóvenes nucleados en organizaciones políticas, pero también de armas tomar, como el caso de los sectores considerados revolucionarios, por unos; subversivos, para otros. Para la década del 70, se puede hablar de siete grupos armados. De un lado, los considerados de izquierda (*):

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), consideradas peronistas-marxistas. Después, pasarán a integrarse a Montoneros y sus cuadros forman parte de la conducción.


Fuerzas Argentinas de Liberación (FAL)
, de orientación marxistas–leninistas.

Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP): de ascendencia trotskistas-guevaristas.

Guerrilla para la Liberación (GEL): chinoístas nacionalistas.

Y tres más caracterizados como peronistas de izquierda (que terminarán siendo cuatro con la incorporación de las FAR):

Fuerzas Armadas Peronistas (FAP): Agruparon militantes provenientes tanto de derecha nacionalista (Tacuara) como de la izquierda. Fueron el grupo armado más importante hasta 1972. Las diferencias los van a ir fracturando. José Luis Nell, Carlos Alberto Caride, y Miguel Zabala Rodríguez fueron sus cuadros más representativos. A los que Aníbal Ponti suma al imprescindible Envar “Cacho” El Kadre y a Néstor Verdinelli, que “venía de ser discipulo de Jhon William Cook”. Ambos venían de la resistencia peronista y, junto con Caride, de fundar el movimiento de Juventudes Peronistas (MJP). “Son los que hacen el tercer intento de guerrilla rural en Taco Ralo, Tucumán, son detectados y detenidos al poco tiempo”, precisó Ponti. Su correlato chaqueño fue el Peronismo de Base del padre Dry y Daniel SOUILHE.

Descamisados: sus integrantes venían del nacionalismo católico y de la juventud demócrata cristiana. Se insertan al peronismo trabajando en villas y gremios, previo paso por la CGTA. Aparecen públicamente en septiembre de 1970 con una proclama que difunden en un cine de La Tablada mientras se proyectaba parte de La hora de los Hornos, película de Pino Solanas, donde Perón elogiaba a la guerrilla. Algunos de sus jefes: Dardo Cabo, Norberto Habbeger, Horacio Mendizábal (llegó a formar parte de la conducción de Montoneros), Osvaldo Sicardi, Oscar Degregorio y Fernando Saavedra Lamas (nieto del Premio Nobel de la Paz Carlos Saavedra Lamas). Todos perecieron siendo montoneros con quienes se fusionan en 1973. Entre sus acciones, se cuenta el secuestró del millón, al gerente general de la multinacional General Electric. No tiene su correlato chaqueño, porque fue “una experiencia más de Buenos Aires”, contextualizó Ponti.

FAR: Aparecen el 30 de julio de 1970 con “Gabriela” operativo en que cuarenta y tantos de sus miembros toman en 45 minutos la localidad de Garín, adyacente a Buenos Aires, conducidos por su jefe Carlos Olmedo, a lo que Ponti sumó el nombre de Roberto "Negro" Quieto (secuestrado y desaparecido en 1975 cuando era uno de los jefes de Montoneros). Al principio, alistaban lo que quedaba de grupos que se organizaron en torno al Che Guevara y a disidentes del PC, del trotskismo. “Fue una escisión de la Federación Juvenil Comunista”, indicó. Aún sin firmar, organizaron el incendio de trece supermercados MINIMAX, el 26 de junio de 1969 ante la visita al país de Nelson Rockefeller, propietario de la cadena. No había correlato chaqueño, porque “su metodología era la del foquismo”, explicó.

Montoneros: Varios de sus integrantes provenían de Buenos Aires, de las Juventudes Obreras Católicas, como Sabino Navarro, Jorge Rossi, y Carlos Hobert, de las Juventudes Estudiantiles Católicas, como Mario Firmenich y Gustavo Ramus, o independientes de izquierda, como Carlos Maguid, el “pata loca” Juan Belaustegui, o Carlos Capuano Martínez. El único proveniente de Tacuara fue Fernando Abal Medina. Los otros dos focos fundadores fueron Córdoba y Santa Fe, con integrantes procedentes del cristianismo progresista y de la izquierda nacional. La organización tuvo una gran actividad en Chaco, la toma de LT 5 Radio Chaco, por ejemplo, entre una de las tantas acciones directas.

OAP. “Para mí la acción está siempre por sobre la concepción”, enseñaba Perón desde su Conducción política hecha pública en 1971, texto que primaría en el acercamiento de diferentes grupos peronistas. La primera operación en conjunto reunió a FAR y a Montoneros el 26 de julio de 1971 en Tucumán, cuando Martín Grass, Fernando Vaca Narvaja, José Carlos Coronel, Susana Lesgart y Luis Fernández Martínez Novillo dominaron al personal de la comisaría de Villa Mariano Moreno y se llevaron armamento. Los cuatro tres están muertos.
El 29 julio del mismo año, las FAP aportarían lo suyo a FAR y Montoneros con el “ajusticiamiento” del mayor Julio Ricardo Sanmartino, ex jefe de la policía de Córdoba, organizador de grupos paramilitares y director de cárceles. Las Organizaciones Armadas Peronistas fueron una instancia de acercamiento en la que se procesará la creación de la organización político militar Montoneros ocurrida dos años más tarde: FAR, FAP y Montoneros son nuestros compañeros”, era el cántico. Ponti recuerda así la separación: “La FAP sostenía que Perón era un líder, pero que no conducía, y que había que construir desde la clase trabajadora la conducción estratégica. En cambio, para Montoneros, Perón era líder y conductor”. “En este caso, es una experiencia personal, como orador en movilización, acto, etcétera. Siempre reivindicábamos a las tres organizaciones que integraban la OAP”, dijo Ponti.

(*) Fuente: Montoneros, final de cuentas de Juan Gasparini. Disponible en la Biblioteca de la Casa por la Memoria.

domingo, 10 de octubre de 2010

Si Evita viviera, sería Montonera


Se convirtió en una proclama clásica de la juventud. Fue sumamente irritante para el ala derecha del peronismo. Proclamas y modelos políticos de una generación politizada hasta la médula. (Quinta Entrega)

Compilación y textos. Marcos Salomón y Gonzalo Torres. Dibujo: Juan Britos

“Para nosotros siempre fue Evita, nunca la decíamos Eva Perón. En el peronismo, la relación entre la juventud y Evita era particular. Perón era el doctrinario, el estratega, el conductor y Evita era la que le daba el contenido ideológico al movimiento”. Así define Aníbal Ponti el rol de la “Abanderada de los Humildes”.
Para la generación de las convulsionadas décadas del 60 y 70, la política era natural, “estábamos politizados”, recuerda Ponti, luchando por un ideal, en un contexto en el que “la democracia era una abstracción”.
Tuvo una variedad de sujetos políticos como íconos a seguir: “Hablábamos del Che, de Perón, de San Martín, de Artigas, de Martin Luther King, de Mao, de Ho Chi Minh, había una cantidad de modelos”, rememora Ponti. Para los jóvenes peronistas uno de esos íconos tuvo cara de mujer: Evita.
“Evita estaba con los oprimidos, con los trabajadores, los pobres, cuando Evita decía ‘La patria dejará de ser colonia o su bandera flameará sobre sus ruinas...’ estaba diciendo muchísimo”, se entusiasma en la evocación.
Y admite sin medias tintas: “Nosotros (los montoneros) estábamos enamorados de Evita, por su mística, por el compromiso, por la entrega, nos sentíamos totalmente identificados con ella, a tal extremo que encontramos una foto de ella que para nosotros era la Evita Montonera”.
La propia Eva Perón diría: “…Ahora si me preguntasen qué prefiero, mi respuesta no tardaría en salir de mí: me gusta más mi nombre de pueblo. Cuando un pibe me nombra Evita me siento madre de todos los pibes y de todos los débiles y humildes de mi tierra. Cuando un obrero me llama Evita me siento con gusto compañera de todos los hombres”.

INFLUENCIA REVOLUCIONARIA

La mujer que supo conducir el histórico y mítico 17 de octubre de 1945, conocido como el Día de la Lealtad (o cuando los “cabecitas” metieron los pies en la fuente de la Plaza de Mayo) “influyó en todo lo que fue la Tendencia Revolucionaria del Peronismo. Evita fue un ícono muy fuerte, porque normalmente una consigna expresa un concepto ideológico, cuando Evita decía ‘el peronismo será revolucionario o no será nada’, hablaba de una herramienta transformadora”, precisó Ponti.
Otra frase que marcó a fuego a la generación politizada: “Caiga quien caiga y cueste lo que cueste este siglo será el fin de la raza maldita de los oligarcas”. “Está identificando el enemigo”, exclama Ponti, prende un cigarrillo y continúa entusiasmado: “Eso, en el plano ideológico, y en el plano simbólico, cuando dice ‘volveré y seré millones’ –preanunciando su muerte-, ese mandato la juventud lo asume como propio”.
Entre los fanáticos, “todo eso trajo una desviación ideológica: El evitismo”. Además, cuando vos querías hacer engranar o calentar a algún burócrata sindical empezabas: ‘Si evita viviera, sería montonera’ o ‘Perón, Evita, la Patria Socialista’, eran dos consignas que sintetizaron todo un pensamiento y eran gritadas con pasión”, añadió.
Como contrapartida, los burócratas de las alas sindical y política, contestaban: “Si Evita viviera, sería peronista”, ya que “sólo la consideraban la mujer de Perón”, opinó.
En la Resistencia de los años 60 y 70, cada 26 de julio la juventud se concentraba en la plaza España para realizar una marcha de antorchas por el centro de la ciudad, porque “estábamos rindiendo homenaje a nuestra Evita, por lo que volvimos y fuimos millones”, porque, como cantábamos a viva voz: “A la lata al latero, los ranchos peronistas son fortines montoneros”.

DON FELIPE GALLARDO, GOBERNADOR DE EVITA

Así como Evita marcó a fuego a esta juventud maravillosa, en Chaco, el político que concitó más adeptos entre la Tendencia fue, sin dudas, Felipe Gallardo, Don Felipe, el gobernador obrero.
“En Chaco, Felipe Gallardo era un gobernador de Evita. Yo milité toda mi vida con Don Felipe. Casi no tenía relación con Perón, porque cuando Evita se inclina por su candidatura a gobernador, Perón le dice, ‘bueno, ahora te haces cargo vos’”, comentó.
Y caracterizó a Gallardo como un “dirigente de los pequeños productores”. Para reforzar ese argumentó, Ponti recordó que “una de las medidas que el toma fue la expropiación de Bunge y Born en General San Martín”.
“Perón le pide que no la haga, pero Gallardo lo hace igual y a partir de ese hecho fue que Perón le decía ‘arréglate con Evita’. Don Felipe me contaba que iba a la oficina de Evita y ella por teléfono llamaba a los ministros: los tenía cagando a todos”, prosigue su relato.

CONSTITUCIÓN OBRERA

Don Felipe fue el primer gobernador obrero que tuvo Argentina, fue una experiencia muy particular, casi un ensayo para el país que planificaba Perón, y, sobre todo Evita. Ella “tuvo gran influencia en el armado de la Constitución de Chaco (1951), tomando como base la Constitución de la Yugoslavia del Mariscal Tito, con representaciones con mayoría de diputados obreros”, dice y al escucharse en voz alta no lo puede creer.
Llamada la Constitución Obrera, Millán Ford, quien fue el primer Fiscal de Estado de la Provincia, durante la administración Gallardo, admite que la Carta Magna chaqueña “fue clasista y, para algunos, incluso, Marxista”.
Según el historiador Eduardo Barreto, el presidente chileno, el socialista Salvador Allende, pidió la Constitución chaqueña de 1951 en el momento en que se estaba estudiando una reforma constitucional en el país trasandino, tomando algunas párrafos como referencia para la nueva Carta Magna.
El preámbulo de esa Carta Magna es inspirador: “Nos los representante del pueblo trabajador de la Provincia Presidente Perón…”.

EL VALOR DE UN NOMBRE: MONTONEROS

Sabiendo las banderas que levantaban, la incógnita parte de la pregunta más simple: ¿Por qué el nombre Montoneros? Y la respuesta tiene su propia historia.
“Nuestras consignas vienen de nuestra historia. El ‘patria o muerte’ que está en el primer comunicado de Montoneros, no era nuestro, viene de las luchas por la Independencia. El ‘libres o muertos, jamás esclavos’ es de San Martín. Creo que nosotros somos la continuidad histórica de un pensamiento nacional, popular y anticolonial”, explicó.
“Después de la caída de los caudillos federales en el siglo XIX, lo que viene es el proyecto mitrista (por Bartolomé Mitre), después de Montoneros viene el proyecto neoliberal (por Carlos Menem)”, traza un parangón.
Montoneros “logró construir su modelo, logró construir sus símbolos. Nuestros colores eran el rojo y negro tomado de los anarquistas, pero también de Facundo Quiroga, es decir, construimos toda una simbología y dentro de esa simbología estaban las consignas, reivindicábamos a los grandes luchadores latinoamericanos, éramos admiradores de Artigas, por ejemplo”, acotó.
El nombre no es casual, entendiendo que “la historia argentina es una historia de permanente confrontación entre un proyecto nacional y popular versus un proyecto antinacional y antipopular: se vio en la Revolución de Mayo (morenistas contra saavedristas), en la guerra entre Unitarios y Federales. Nosotros venimos a rescatar a los caudillos federales, derrotados por las fuerzas mitristas. La elección del nombre rescató toda la historia argentina”, precisó Ponti.
Pero la denominación de la Tendencia no surgió de la nada, “el que inventó el nombre Montoneros es el compañero Negro Montero, un ex cura, de la época de los curas obreros, que trabajaba en el puerto. Vive todavía, tiene una finca en Mendoza, ahora está casado con una ex monja, está quedando ciego, y visita el Chaco de vez en cuando”.
El Negro Montero tiene sus blasones revolucionarios: Peleó con el Che y participó de la revolución cubana. “Embarcado en el proyecto del Che de extender la guerrilla por América Latina, este compañero termina en Nueva Pompeya y participa en los grupos premontos, y es él quien le pone el nombre Montoneros”.

La toma de Radio Chaco

El día que se volvió a escuchar la Marcha Peronista, tras 17 años de prohibición
(Cuarta entrega de la serie. )

Compilación y Textos: Marcos Salomón y Gonzalo Torres.

Ocurrió un domingo 12 de noviembre de 1972, cinco días antes del regreso de Juan Domingo Perón. El objetivo central: emitir una proclama por la vuelta del líder, en el marco del “Luche y Vuelve”, y la Marcha Peronista. Historia de una épica.

En Chaco y Corrientes, el periodo 1972–1973 fue de muchas operaciones de Montoneros, entre ellas la toma de Radio Chaco (la vieja LT 5 por avenida 9 de Julio, hoy desaparecida y reconvertida en Radio Nacional Resistencia), “en la cual nuestra unidad (de montoneros chaqueños) había participado activamente”, admitió Ponti.
La toma del medio de comunicación social tenía un objetivo bien claro: convertirse en un hecho propagandístico de envergadura, de cara al regreso de Juan Domingo Perón que ya tenía fecha: 17 de noviembre de 1972.
“Lo que nosotros desconocíamos es que los montoneros éramos muy poquitos (en todo sentido: en cantidad de militantes y en infraestructura). La tarea era artesanal, toda la preparación de la operación era artesanal, no disponíamos de dinero, había que robar sellos de la administración pública para armar Montoneros, y robar un grabador, que se utilizó para pasar la proclama en la radio”, reconoció Aníbal Ponti.
El operativo estaba dividido en dos partes esenciales: la tarea de inteligencia y la toma propiamente dicha, por un lado; y el accionar político: movilización y asambleas en las unidades básicas barriales, por el otro. Durante las reuniones, se iba a escuchar la radio a la hora señalada.
“Nuestra unidad participó en las dos etapas”, recordó Ponti. “Primero, la tarea previa, la tarea de inteligencia, o el chequeo como le llamábamos: el plano de la radio, el personal, la seguridad. Después, la tarea de logística: conseguir el grabador, armar los sellos, la elaboración del comunicado”, explicó.
En la toma de Radio Chaco propiamente dicha, “a nosotros nos tocó la tarea de absorber la retirada de todas las armas y de un compañero que había participado en el asalto”. Políticamente, “preparamos las asambleas barriales. Fue emocionante. Yo estuve en Villa Federal”, precisó.

EL ASALTO

El día y la hora del asalto no fue casual: domingo 12 de noviembre de 1972 (cinco días antes de la fecha estipulada para el regreso del líder exiliado en España), por la tarde, justo cuando Radio Chaco se encadenaba a Radio El Mundo que transmitía fútbol (Torneo de Primera A) en vivo.
En ese entonces, en Resistencia sólo existía Radio Chaco, pionera en la región, y Canal 9, por lo que el asalto a la radio significó un fuerte impacto en la sociedad. “De alguna manera la gente tenía que participar en la toma”, argumentó Ponti.
El plan fue bien concreto: reducir a la seguridad, tomar las instalaciones transmitir la Marcha Peronista y emitir una proclama a favor del regreso de Perón. “Yo recuerdo que fue emocionante escuchar la Marcha por la radio, sabíamos que lo iba a ser porque estuvo prohibida por 17 años, y la proclama… El peronismo era una cosa muy fuerte, daba orgullo ser peronista, era un orgullo porque vos asociabas el peronismo a lo nacional, a lo popular”.
“El hecho importante era escuchar la Marcha Peronista en una radio después de tantísimos años de estar prohibida, eso era un hecho inédito. Y también queríamos que la gente escuche la proclama. Realimentó todo ese proceso de organización y movilización que habíamos desatado con el ‘Luche y Vuelve’”, acotó.

COMPARTIMENTADOS

Por la forma de operar propia de Montoneros, todos los participantes sabían qué hacer, pero no necesariamente se conocían entre sí: “No sé quiénes estuvieron en el asalto, porque estábamos totalmente compartimentados. Pienso que no éramos más de diez los participantes, porque militarmente fue una operación chiquita”.
“Nuestra logística era incipiente, porque acá no había casas operativas, (casas de seguridad), y lógicamente fue un impacto en la población. Nuestro embute (escondite) era precario, teníamos una casita en Villa Elisa”, contextualiza.
En ese lugar estuvo oculto uno de los que participó de la toma, emitió la proclama y la Marcha. Luego, fue sacado de la provincia.
Los vecinos estaban acostumbrados a estos raros militantes de la Juventud Peronista que aparecían y desaparecían a cualquier hora, en auto o a pie, y que se cubrían de miradas indiscretas, colgando en el alambre tejido (no había muros) sábanas, colchas y frazadas (como que sacaban la ropa de cama a tomar sol).
La hipótesis de Ponti es que todos los que participaron a cara descubierta de la toma a Radio Chaco –uno vestido de policía- eran de otras provincias, los referentes de Montoneros locales eran conocidos, de hecho voceros de la organización, como los casos de Jaime Dri y el Negro Navarro.
Lo cierto es que pesar de que El Territorio remataba la crónica sobre la toma de Radio Chaco anticipando que los investigadores tenían pistas firmes sobre los autores del asalto, jamás hubo un detenido ni trascendió periodísticamente el nombre de alguno de los participantes (hasta hoy).

ANEXO: DIARIO EL TERRITORIO LUNES 13 DE NOVIEMBRE DE 1972

COMANDO EXTREMISTA COPÓ RADIO CHACOAYER, REDUJO AL PERSONAL Y DIFUNDIÓ UNA PROCLAMA

El operativo se cumplió con matemática precisión en pocos minutos el grupo actuó a cara descubierta.

Un insólito episodio ocurrió ayer a la tarde en esta capital cuando un grupo de extremista que se autotituló integrante de la organización denominada Montoneros sorprendió al personal de LT5 Radio Chaco y, luego de reducirlo, difundió un comunicado de orientación peronista durante aproximadamente 17 minutos que aludía al regreso de Perón al País, irradiando además la marcha partidaria como música de fondo. El copamiento de la emisora local se inició a las 16.45 prolongándose no más de 5 minutos en total, ocurrió pocos minutos después que la emisora entrara en cadena oficial con radio El Mundo de Buenos Aires, como habitualmente lo hace los domingos para la transmisión de fútbol profesional.

El audaz operativo ocurrió cuando el grupo sedicioso cuyo número se estima en 10 personas, una de las cuales era un mujer joven, llegaron en dos pick up, una Ford 100 de color azul con chapa patente de Sáenz Peña y otra Chevrolet de color verde, de Santa Fe, tras rápidas acciones ingresaron al local ubicado en avenida 9 de julio al 1850 y después de inmovilizar al personal mediante amenazas de muerte con armas de fuego dominaron a dos operadores y tres locutores que se hallaban de turno dedicados a sus tareas.

Una pareja se introdujo en la sala de transmisión y luego de extraer sendas armas calibre 45 redujeron a los locutores Cristina Echeverría y Carlos Bellini, que ese encontraban en ese momento ante dos micrófonos. Manifestaron ser peronistas y “actuar por el el líder”. Otro joven ingresó a la cabina de transmisión, reduciendo también al operador de turno Salvador Digiussepe mientras los restantes reducían simultáneamente a seis empleados y al agente de custodia, despojándolo de su arma reglamentaria.

Poco después colocaron una cinta magnetofónica de 17 minutos de duración que salió al aire íntegra, en la cual se aludía especialmente al retorno del ex presidente Perón a nuestro país. En forma simultanea con la propalación de la proclama, en la cual los terroristas se identificaron como pertenecientes a un Comando Montonero procedieron a colocar numerosos artefactos explosivos dentro del edificio y en zona lindera del mismo, dos de los cuales explotaron simultáneamente en la planta trasmisora que Radio Chaco tiene ubicada detrás de los estudios centrales de transmisión y administración. Asimismo, diseminaron por toda la planta pequeñas cápsulas de gas carbónico que saturó todo el local.

Posteriormente, y después de haberse dado a publicidad la proclama, contenida en un grabador y de colocar tres bombas, una dentro del estudio, y dos frente al edificio, abandonaron el lugar y se dieron a la fuga hacia las afueras de la ciudad , llevándose como rehenes al personal de la radio, a quienes abandonaron en la calle 8 y Ameghino. Antes de darse a la fuga, los guerrilleros dejaron en la puerta frontal de la emisora un cartel que decía “peligro zona minada gas venenoso”Momentos más tarde arribaron al lugar efectivos de la policía provincial, a cuyo cargo estaba el jefe de policía efectivos del ejercito bajo las ordenes del jefe de la guarnición Resistencia coronel Benassi y efectivos de gendarmería que procedieron a montar un amplio operativo de seguridad desalojando la zona.

Poco después y tras la rápida acción de las fuerzas de seguridad hicieron detonar dos artefactos explosivos que se hallaban frente a la emisora. Posteriormente al comprobar que no existían otros explosivos en las zonas anexas y en la puerta de acceso ingresaron al local. Ya dentro del local las fuerzas de seguridad hicieron detonar el último explosivo que se hallaba en su interior.

Minutos más tarde, los efectivos se abocaron a la tarea de búsqueda, examinando palmo a palmo el lugar, para dar con posibles artefactos explosivos, ya que en un primer momento no se tuvo conocimiento del número de los mismos. En el interín arribaron al lugar cinco circunstanciales rehenes de los extremistas, después de ser liberados por estos. Cabe acotar que se hicieron presentes en el lugar el gobernador de la provincia Coronel Roberto Oscar Mazza, el ministro de gobierno doctor Juan José Sanchís y otras altas autoridades. Debe señalarse además que en el frente de edificio el grupo extremista dejó pintado en las paredes “Montoneros”. Después del episodio, las fuerzas de seguridad montaron un amplio operativo “cerrojo” dentro y fuera de la ciudad, realizándose intensas batidas por distintas zonas para ubicar sediciosos. Hasta ultimas horas de la noche y las primeras horas de hoy nos se sabía del paradero del grupo extremista, si bien extraoficialmente trascendió que los organismos de seguridad estaban bien encaminados en la investigación y que de un momento a otro serían individualizados los responsables del episodio”.


PERÓN VUELVE

Cuarta Entrega de la serie

Compilación y textos: Marcos Salomón y Gonzalo Torres

El 16 de noviembre por la noche, un DC-8, el “Giuseppe Verdi” de Alitalia, despegó desde Roma con 154 pasajeros y un itinerario: Dakar - Buenos Aires. El 17 de noviembre de 1972 a las 11.20 hs., quince horas después de la partida, el DC-8 aterrizaba en suelo argentino. Fue una mañana lluviosa. Perón regresaba luego de más de 17 años de ausencia, para muchos era una utopía hecha realidad, para otros, una pesadilla. La dictadura de Lanusse desplegó un operativo masivo de control militar en los alrededores del aeropuerto de Ezeiza. Pese a la lluvia y el frío, miles de fieles peronistas cruzaron el río Matanza, para encontrarse con el viejo líder. Era la materialización del “Luche y Vuelve”. Al viejo general, acompañado por esa “juventud maravillosa” le había dado el cuero.
Ponti hace memoria y cuenta lo suyo: “Cuando digo que no había que inventar nada es importante aclarar; vos decías ‘retorno de Perón’ y estabas hablando de un proyecto político que incluía la nacionalización del comercio exterior, la nacionalización de la banca, el IAPI ( Instituto Argentino de Promoción e Intercambio), el control del Estado sobre todos los sectores estratégicos de la economía; los ferrocarriles , el transporte , la siderurgia , la metalurgia la petroquímica… todo lo que el peronismo había hecho en política económica , todo lo que el peronismo había hecho en política social , no hablábamos de distribución del ingreso sino de justicia social, el fifty-fifty… 50% para el capital y 50 % para el trabajo .”
Perón era la síntesis. “En el año 72 la organización lanza una consigna como fue la del “Luche y Vuelve” que fue uno de sus principales aciertos políticos. El “Aramburazo”, el “Luche y Vuelve”, y “Cámpora al gobierno Perón al Poder” fueron sus principales aciertos políticos. Los grandes éxitos siempre se expresaron en consignas”. En ese contexto es designado Abal medina secretario general del movimiento, se estructura la cuarta rama; la Juventud Peronista, con su delegado personal, y se desata un movimiento unificador del movimiento juvenil.
Por otro lado, la represión, la censura, y la proscripción del partido mayoritario allanaba el camino a la rebelión. “Vos a la gente le decías ‘mire compañero ya intentamos el paro y no pudimos, ya intentamos la huelga salvaje y no pudimos, ya intentamos el golpe de estado y lo mataron a Valle, a Cogorno, y a Iñiguez, la única forma de traerlo a Perón es organizarnos militarmente, no hay otra, todo es válido , meter un caño es válido, secuestrar un militar es válido movilizarse es válido , hay que organizarse”…
Ese fue el elemento novedoso que incorporó la juventud a la masa peronista. “La aceptación de todos los métodos de lucha, y dentro de eso el apoyo a las organizaciones armadas peronistas; el accionar militar como una de las herramientas fundamentales para el retorno de Perón”.
La gente era receptiva al evangelio justicialista, sobre todo las clases populares El viejo peronista que venía de 17 años de lucha mandaba sus hijos a la jotapé, eran alguna manera los continuadores de su lucha. “Decías ‘hoy reunión de juventud’ y tenías 50 tipos, 100 tipos…”
Pero la clase media no fue ajena a este proceso. Las grandes transformaciones que había producido el peronismo en la Argentina incorporaron al movimiento a las clases medias, especialmente la juventud. “La clase media se nacionaliza cuando sus hijos jóvenes se “peronizan” y en los barrios se da una fusión entre el militante de extracción universitaria y el villero”.

LA MARCHA DEL 17 DE NOVIEMBRE DE 1972

“En el Chaco se había desatado un proceso movilizador, por un lado la Unión de Personal Civil de la Provincia, por otro lado las grandes luchas docentes que van confluyendo en la sindicalización del docente y el movimiento agrario a través de las Ligas…”
Todo eso se coronó la vuelta de Perón 17 de noviembre de 1972, acompañada desde la provincia con una histórica movilización. Ese día todo el país sintió el efecto de reencuentro histórico entre el líder que regresaba del exilio y su pueblo. El General Lanusse advirtió la posibilidad de “una escalada terrorista”. “El gobierno chaqueño ejercerá su indelegable responsabilidad de asegurar el orden público” advertía desde la primera plana del Territorio el gobernador de la provincia Coronel Roberto Oscar Mazza. Por si esto fuera poco un comunicado emitido por el jefe de la guarnición Militar de Resistencia recordaba la vigencia del estado de sitio y la prohibición de reuniones en la vía pública.
Por su parte, la Juventud Peronista del Chaco anunció su unificación para saludar el retorno puede leerse en el crónica de la víspera. La decisión fue adoptada por en un Congreso Juvenil en Santa Fe, sobre la base de tres consignas: garantizar el regreso, la toma del poder por Perón y el pueblo, y la construcción del socialismo nacional”.
“Empezamos las concentraciones a las siete de la mañana, el departamento San Fernando tenía 4 puntos de concentraciones; uno en el norte, otro en el sur, al este y el oeste y a eso se sumaba Barranqueras Vilelas y Puerto Tirol”. Las distintas columnas fueron confluyendo al centro, a pie. A las 10 de la mañana habremos estado en el centro, el objetivo era concentrarnos frente a la CGT, pero lógicamente cuando las columnas fueron confluyendo al centro empezó el accionar represivo y nos fuimos replegando en distintos en distintos grupos hacia los barrios”. Recién a las 6 de la tarde, con policía, militares y manifestantes peronistas exhaustos después de las idas y venidas de la histórica jornada se dio por finalizada la marcha y la dispersión llegó a su fin.

DEMOCRACIA: UNA ABSTRACCIÓN

La apertura democrática era una circunstancia novedosa para la juventud. “La democracia era algo abstracto para nosotros”. También se introduce un debate político por la afiliación al partido justicialista. “Para nosotros no existía el partido en nuestra mente. Perón lo definía como una “herramienta electoral”, se abre la puerta para las elecciones…”
La juventud organizada tenía más clara la idea de ‘movimiento’, por lo cual fue necesario reacomodar el accionar. “Perón prácticamente nos había cedido el movimiento, no solo nos había dado el delegado personal, que era Cámpora, el delegado de la juventud era Galimberti, el secretario general del movimiento era Abal Medina, el hermano del fundador de la Orga, un amigo de Montoneros”.
Al respecto Ponti cuenta una anécdota que describe la sagacidad y el pragmatismo de Perón: “En una reunión de Perón con los compañeros Perón les dice que quiere hablar con él, los compañeros le dicen “pero mire que no es peronista...” y Perón les dice “y bueno, yo no le pregunte que era… quiero hablar con él…’ Lo pone apropósito, lo que quería era el nombre... Así es como Montoneros toma la decisión de empezar la construcción electoral; “es el gran tercer acierto de Montoneros que es el “Cámpora al gobierno, Perón al poder” .
Por otra parte, Rucci venía desempeñando un papel muy importante con Perón : había puesto la CGT al servicio de su regreso y en ese contexto acompañó los actos con paros nacionales.

EL TRABAJO DE MASAS

El “Luche y Vuelve” fue una consigna política que condicionó todo el accionar político y militar de la organización. Este proceso era acompañado por Perón. En “Actualización Política y Doctrinaria para la toma del poder” (1971) un reportaje de realizado por Pino Solanas y Octavio Gettino, Perón incorpora la nueva realidad política de la juventud en el accionar del movimiento.
La película documental era una herramienta de trabajo en la discusión política. “Era semiclandestino… Había medios instalados, el dirigente peronista tenía en su cabeza que su rol era comunicar a Perón con su gente; las cintas de Perón, las cartas de Perón, todas eran herramientas que llegaban periódicamente, y se utilizaban en los debates con el hombre común”.
Se convocaba a la reunión, se escuchaba la cinta, se veía la película, y después debatías en base a lo que planteaba Perón. “Lógicamente con la aparición de Montoneros, además incorporabas el concepto de lucha integral, que a su vez Perón lo incorporaba en la actualización doctrinaria, el concepto de lucha integral era la validez de todos los métodos de lucha, incluidos el accionar armado”.
Ponti recuerda esas asambleas y reivindica a sus integrantes: “El peronista de antes era un peronista de sentimiento, que había vivido lo que se llamaba la revolución nacional inconclusa, que había vivido el gobierno peronista y que era un hombre de trabajo, vivía de su trabajo, no de la política y su militancia era voluntaria, era por convicción, por eso la actividad con la gente grande siempre se desarrollaba después de los horarios de trabajo, a la noche”.